miércoles, 29 de agosto de 2007

Aquí no hay quien nicho


Mi vagina se pone de luto para rendir tributo a dos grandes personajes españoles y asumir la gran pérdida (cuarto y mitad de Indasec). Por una parte el cine español y los productores de helado de yogur con crema de higos se despiden de Emma Pene-ya, que murió justo cuando había empezado su fama, una fama a la que debe grandes frases como "Váyase señor Cuesta, váyase" o la simpar "Choriiiiiizo". Su último trabajo realizado, fue en la denunciada serie La que se incinera plagio de su anterior intervención en la pequeña pantalla Aquí no hay quien de la extremaución. Es evidente que con los titulos de las series el final estaba asegurado y pijama de pino al canto.
El siguiente en aumentar la mortandad en los famosos es Pitraco Umbral, conocido pintor que dedicó parte del tiempo de la jubilación a escribir. De sus manos han salido importantisimas obras literarias como "Las señoritas del tanatorio" o "Días felices en Camposanto". Si algo cabe destacar, tanto de su obra amplisima tanto como de su vida (amplisima hasta que se terminó) es que él vino al mundo para hablar de su libro. Por fuentes cercanas, sabemos que su última frase antes de irse a criar malvas fue "he venido aqui a hablar de mi nicho" mientras Mercedes Espabilá le contestaba "tu nombre me sabe a autopsia".
*No quiero ser denunciada.

jueves, 23 de agosto de 2007

El obispo leproso

Comulgaba el otro día junto a un primo retirado que, en una de esas batallitas que no se cree nadie, me contaba una historia ocurrida en Mozambique, allá por los años setenta, cuando Anasagasti gastaba trenza jipinacionalista y Zapatero conocía a la que sería la mujer de su vida: una cualquiera que pasaba por allí.
Pagué al cura nuestras hostias con su sorbito de vino tinto, y me marché de la Iglesia que olía a marihuana en vez de a incienso. Un cura joven, pensé. Me senté en un banco junto a este primo mío retirado y comenzó a contarme la historia del cura leproso, creo que me reí un par de veces de risa de las barbaridades que me decía, pero total, él tiene paga y yo le acompañaba en su día de libertad del manicomio como tutor.
- Illo, tío, comenzó, esto que te cuento es verdad, me lo ha contado un compañero.
- Como para confiar en tus compañeros, larga todo lo que sepas, le dije mientras encendía un cigarrillo.
- En serio, illo, tío, de verdad lo que te voy a contar. Y comenzó:

En Mozabique, cuando todavía Aznar tenía un higado agradable a la vista y una cara casi agradable a la vista, y una novia casi agradable a la vista, vivía un curilla que un día voceó: ¡ Que viene el Papa, el Papaaaaaaaaaaaaaaaaa! Pero el Papa(aaaaaaaaaaaaaaaa) no vino y, en su lugar, llegó un hombre vestido color tinto, con un gracioso sombrerito y muchas granas de predicar: Hermanos, a pecar como marranos, fue lo primero que exclamó nada más pisar suelo mozambiqueño. Pero el obispo contrajo una enfermedad tela de chunga en el país africano, la lepra le hacía que las uñas se las cortase haciendo palanca, y que trozos de su piel sirviesen para arropar a uno de esos niñitos hinchaditos que vemos en los anuncios de empresas solidarias, perdón, que se llaman ONG's.
El pobre obispo, triste y apenados, escribía sonetillos de amor a su tierra, compartiendo con todos los morenitos de por allí sus tristezas personales y de la piel. Porque cuando el obispo estaba triste, su piel caía como cascada, y cuando estaba feliz... también.
Un día, el triste obispo leproso, salió huyendo de la ciudad porque razones que no se conocen y no se volvió a saber de él, pero cuentan que de vez en cuando aparece en un diocésis de cualquier ciudad del mundo y comienza a recitar sus sonetillos, o a cantar canciones de Mónica Narajo como Sobreviviré, y de otros cantantes que llevan la palabra piel en su letra.

- Vámonos, le dije a mi primo retirado. No esás curado todavía.
- No primo, no podemos irnos.
- ¿Por qué?, pregunté.
- Porque me gusta esta canción...
- ¿Cuál? Y de pronto la escuché, como caída del cielo, como caída del campanario de la iglesia.
DICEN QUE TIENES VENENO EN LA PIEL
Y QUE ESTÁS HECHA DE PLÁSTICO FINO...

viernes, 17 de agosto de 2007

Tú al Kronos y yo al trono


Aunque esta pelicula parezca un biografía mía y de Berma, por la importante productora cordobesa Pan Recor, no lo es. Putas y ballenas aparte, este post bien pudiera ser uno póstumo hablando de nuestras vidas azarosas. La frase que más escucho de la boca de Berma es "Te van a denunciar" entonces yo me río, y le digo que no creo que me pillen, pero el empieza a hablarme de unas tales ipés y yo desconecto. Por otra parte, sea cual sea la frase que Berma escuche de mi boca siempre me contesta lo mismo: zorrón, yogur tibio o semáforo en rojo. Pero yo no le hago caso, tiene un problema gordo, y le doy dos años de vida agonizante. Ultimamente, se ha empeñado en morderme o en su defecto, chuparme los codos... yo me niego, somos amigos y compañeros de fatigas vaginales pero yo no le pido morderle los entrecotes que tiene en la espalda. Todos los días vamos juntos a la biblioteca y quedamos en el Kronos (esto no quiere decir que vivamos en la calle Platero Pedro de Bares ni Sagunto, respectivamente) y nos vamos juntos para aprovechar los recursos que el Estado nos brinca. Allí estudiamos apartandonos del mundo visible (reminiscencia platónica yeah!) y concentrandonos en lo que tenemos entre manos encalladas, luego hacemos una paradita en la que aprovechamos para hacer fotos de toda índole o simplemente para molestar a los demas estudiantes septembrinos. Cuando finalmente nos marchamos, camino a casa vamos cantando la omnipresente cancion Mirame y no me toques. Bermauntier, que es todo un caballero me acompaña cada día hasta mi Palacio. A veces no lo hace y tengo la firme creencia de que no lo hace porque acude a escondidas, al Kronos. Luego por la noche, salimos juntos y con más personajes de nuestra calaña con los que pasamos buenos momentos riendonos de personas con una pierna o un brazo de menos... o simplemente con sangre hemofilica. Entonces Berma me vuelve a recordar que todo esto es denunciable, lo que él no sabe es que yo estoy loca por dar con mis huesitos en la cárcel, para que como todas las demás princesas, pueda vivir del Estado...